FUENTE: LA VOZ DE GALICIA
El reloj de la bancarización de Novacaixagalicia está en marcha. La caja gallega solicitará la próxima semana una nueva ficha bancaria con la que acometerá su reestructuración. El equipo directivo explora distintas posibilidades para capitalizarse. Y los primeros cálculos apuntan a que serían necesarios no más de 1.500 millones de euros para cumplir con las exigencias del real decreto aprobado hace una semana.
Entre las operaciones en estudio, una de las que más intensamente se está trabajando es una fórmula con accionistas públicos y privados, que incluiría el acceso a nuevos fondos del FROB 1. La caja recibió en diciembre 1.162 millones del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, que destinó íntegramente a saneamientos y que ahora espera contabilizar en su capital principal. Lo que se pretende con la nueva operación es agotar el resto del FROB que falta por consumir hasta su máximo legal: 2% de los activos ponderados por riesgo.
El acceso a esta nueva ayuda, que fue solicitada en la víspera de la aprobación del nuevo decreto del Ministerio de Economía, podría aportar cerca de 560 millones más. La intención es aprovechar un resquicio legal incluido en la disposición transitoria cuarta del decreto, para convertir esta emisión de preferentes en acciones, previa negociación con el FROB.
Esta participación pública no supondría una nacionalización de la caja, como sucedería si el dinero proviniese del nuevo FROB, y por tanto no implicaría la destitución del actual cuerpo directivo y la toma de mando en la entidad por parte de un equipo designado directamente por el Fondo de Reestructuración.
Para completar el resto del capital que haga falta (al convertir la caja en un banco y tener accionistas privados habría que alcanzar el 8% de core capital, en lugar del 10%), la intención es buscar nuevos socios privados, en colaboración directa con la Xunta, que está participando activamente en la elección y búsqueda de nuevos capitalistas, gallegos o foráneos.
El resto de las alternativas pasan por localizar inversores, siempre con la premisa de que la mayoría de acciones quede en poder de la actual caja, lo que permitiría seguir controlando desde Galicia tanto el negocio como la obra social. La salida a Bolsa sería otro camino posible, aunque en el seno de NCG no se contempla como una opción preferente. También se exploran probables socios para un SIP, aunque está fórmula implicaría asociarse con una entidad mayor o más saneada y perder control y capacidad de decisión.
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